En: La Guía
Buscar la felicidad es una de esas metas que eventualmente nos planteamos cuando tenemos todo y aún así nos sentimos vacíos.
Paréntesis: Me ha dado por escribir sobre reflexiones personales mientras termino otro proyecto de hospedaje en el que estoy resolviendo imprevistos de última hora, ya que la idea es fortalecer los contenidos de aventura y experiencias al aire libre; solo que conociendo la forma en que «fluyen» las cosas fuera de la ciudad preferí separar una cosa de la otra, sino vuelvo a escribir a mitad de año.Volviendo al tema, buscar la felicidad es también una de las grandes conclusiones a las que llegamos viviendo fuera de la ciudad pero no de la forma en que se imaginan. Muchos de nosotros sí llegamos buscando la felicidad pero nos encontramos con cosas más importantes y difíciles que nos llevaron a adaptarnos, resignarnos o retirarnos de este estilo de vida. No necesariamente quienes seguimos acá lo hacemos porque somos más felices sino porque somos más auténticos.
Lo cual ayuda bastante si sentimos que no somos felices con la forma en que vivimos y quisiéramos otro enfoque para ver si funciona mejor la cosa. Entonces nos metemos a cuando taller salga mientras sea «alternativo», cambiamos de dieta y empezamos a creer en cosas intangibles como las energías, las conspiraciones del universo, la influencia de los planetas, etc. (no me estoy burlando, esto viene de mi experiencia personal).
Para descubrir al final que no somos más felices, solo nos conocemos un poquito más.
Uno puede estar observando la perfección de la naturaleza y preguntarse «¿Por qué carajos no puedo conectar mi computador a WiFi?»
Pero me di cuenta también de que tengo y hago muchas de las cosas que explican en esos vídeos desde hace rato y no me sentía feliz igual así que concluí que no se trata de buscar la felicidad, se trata de conocerse y ser consciente de sí mismo porque la felicidad es un estado y un componente de nuestra personalidad, no es natural que estemos felices todo el tiempo porque «el exceso de felicidad» como todos los excesos no es saludable.
En cambio uno sí puede hacerse el pendejo frente a las fortalezas y oportunidades que tiene para sentirse mejor consigo mismo, o reconocerse y vivir más tranquilo.