El diseño de experiencias es un término que solía aplicar hace años cuando trabajaba en el medio digital, aplicado en la creación de sitios Web. El término UX o User Experience hace referencia a la forma en que los usuarios cumplen diversos objetivos para los cuales se crean sitios Web. Por ejemplo, si usted va a comprar algo Online la experiencia de usuario es la que permite que pueda comprar fácilmente; existen diseños de experiencias para cualquier cantidad de sitios y negocios.
Me quedé pensando en la importancia del diseño de experiencias aplicado a lo que hacemos actualmente, que está más orientado al turismo y las actividades fuera de la ciudad.
Cosas tan sencillas como hacer una fogata o contemplar el atardecer hacen parte del diseño de experiencias, y son más valiosas cuando no tenemos que pagar por ellas.
Hemos encontrado que el valor de la experiencia en nuestros huéspedes no está en los lujos, la comida Gourmet y los detalles sofisticados, sino en momentos muy especiales que suceden mientras nos visitan, los cuales no tienen precio y tampoco los diseñamos.
Como también está el caso donde pagamos una buena cantidad de plata por la “experiencia” de dormir en un hospedaje exótico en medio de la naturaleza y acabamos compartiendo la misma idea del huésped de al lado, solo que a él además le gusta celebrarlo con reggaetón a todo volumen.
Al comprender que existe con o sin intención un diseño de experiencias detrás de lo que compramos podemos concluir si valió o no la pena lo que vivimos y si era igual o mejor que lo que vimos en las fotos antes de adquirirlo.
El ecoturismo puede interpretarse de muchas formas y tiene muchísimas actividades relacionadas por las cuales casi siempre suelen cobrar, de manera que caminar por un potrero se llama hoy en día “Senderismo”, caminar descalzo sobre el pasto se llama “Earthing” y tomarse un café en la ventana mientras llueve se puede llamar no sé, ¿Meditación Fluvial Contemplativa?.
El diseño de experiencias es muy interesante como herramienta para el desarrollo del ecoturismo, pero crea una delgada línea que separa la intención de pagar por hacer algo diferente y comprar una combinación de espacio y tiempo de calidad.