En: La Guía
La vocación es un tema que siempre me ha llamado la atención porque siempre he pensado que nunca he tenido una vocación en especial (o tengo muchas), y me ha inspirado a escribir sobre el tema en varias ocasiones.
Por lo que he notado y extraído de varias conversaciones que he tenido (con distintos grados de cafeína y alcohol) es algo como:
Ese algo «para lo que nacimos». Desde muy pequeños descubrimos que lo nuestro es volar, cantar, ayudar, vender, etc.
Cuando logramos desarrollar la vocación a nivel comercial, prestando nuestros servicios profesionales en una carrera relacionada (ayudar = Médico, cantar = músico, vender = administrador)
Lo que separa la vocación en su versión artesanal como independiente e industrial como empleado. La primera es más inestable e impredecible económicamente mientras que la segunda es todo lo contrario.
Porque alrededor de estos tres conceptos y los tragos/tintos que mencioné anteriormente me doy cuenta de que cuesta entenderlo y mucho más cambiarlo, sobre todo cuando la frase de cierre es algo como «a mi me gusta lo que hago, solo que en esa empresa ya estoy mamado(a)».
Si por ejemplo lo suyo es curar pregúntese si actualmente su profesión le permite hacerlo como usted quiere, o si por ejemplo si nació para hacer plata vale la pena evaluar si su condición en este caso (que debe ser tener mucha plata de acuerdo a su vocación) le permite tener tiempo de calidad para darse gusto.
Ya si quiere seguir hablando del tema nos cuenta y le gastamos siquiera un tintico en la fogata 😉