En: Opinión
Para conversar sobre Permacultura en Colombia vale la pena mirar un poco hacia afuera de las ciudades para darnos cuenta de que gran parte de estas prácticas son hábitos tradicionales que conserva la gente del campo, y son una gran fuente de inspiración. Sin embargo se requiere una serie de adaptaciones, sobre todo mentales, para desarrollar un criterio fuerte sobre este concepto y vivir en un entorno completamente sostenible.
Esta es una buena y corta definición de Permacultura:
Y desde ese punto de vista hemos podido adaptar gran parte de nuestro estilo de vida en función de hacerlo más sostenible, o más bien menos invasivo. Soluciones como vivir en una Tiny House, generar una cultura de consumo alrededor de la función (comprar cosas que vamos a utilizar en el plazo inmediato en vez de comprarlas por si acaso) y otros detalles aportan a la sostenibilidad del entorno (los resultados se notan a simple vista), pero de ahí a la Permacultura hay un camino largo e interesante, que si decide tomarlo le permitirá confirmar si la Permacultura es realmente lo suyo o era un capricho derivado de la reciente tendencia a «Pensar verde».
Precisamente la obtención de estos dos grandes recursos (agua y energía eléctrica) son el reto más grande a solucionar por medio de la Permacultura, por una simple razón:
Porque es probable que su proyecto de vida sostenible impacte en la vida de sus nuevos vecinos, que son la flora y fauna nativa del lote que acaba de comprar. En conclusión, el romance de la vida simple y la autosuficiencia existen varias consideraciones que debería tener en cuenta a la hora de profundizar en la Permacultura. Por lo general son retos interesantes que estimulan su creatividad y son gratificantes cuando funcionan, pero más allá de eso se trata de coexistir de manera equilibrada, en un lugar donde si se pone a pensarlo, nunca lo han invitado.